SUPERBOY & ROBIN II
por Karpa
por Karpa
–Entraste en un juego peligroso, Chico Maravilla –dice una voz en los altoparlantes.
Venger. Ya sabe que estamos aquí, cosa que no me sorprende. Miro detenidamente las esquinas del techo y encima de las puertas. Hay dos cámaras que son eliminadas rápidamente.
–Superboy, ve a la sala de seguridad –digo por mi comunicador.
–Superboy no puede oírte. Ya me ocupé de él. Pero, ¿quién sabe? A lo mejor el tiempo te da la oportunidad de ayudarlo.
Mentiras. Son todas mentiras. No tengo que responderle, no tengo que delatar mi posición. Me muevo por las paredes, utilizando la menor cantidad de espacio posible.
–¿Sabes como vencer a tus enemigos, Chico Maravilla? Estoy seguro que ese maestro tuyo te lo habrá enseñado. Busca sus debilidades. Las... más... crudas... y reales... debilidades. Así es como cayó tu patético compañero de juegos. Creo que se sintió demasiado invulnerable y olvidó su propia vulnerabilidad.
Está jugando conmigo. Tengo que seguir moviéndome.
–Superboy, ¿dónde estás? Te dije que vayas a la sala de seguri...
Que idiota que soy. No me di cuenta de que las comunicaciones están cortadas. Nos separó.
–No estoy hablando de debilidades intelectuales ni espirituales. Solo las debilidades físicas. ¿Sabes que tan fácil es matar a un superhéroe? Seguro que ni te lo imaginas. Pero no es negocio matarlos, porque siempre vendrán otros. Es como lo que les sucede a ustedes. Los malos no captan el mensaje. ¿Alguna vez te preguntaste por qué, si salvan y ayudan a las personas de basura como yo, siempre hay más? ¿Por qué nunca se acaban? ¿Qué les sucede a esas personas? ¿Lo necesitan? ¿Les gusta? ¿No sienten el peligro? Y luego están ellos, que se hacen las mismas preguntas con respecto a ustedes. Y la pregunta más importante y más difícil de todas es: ¿por qué siguen peleando?
Distracción, es pura distracción. Pero lo que me dijo de Superboy me tiene preocupado. ¿Estará tan a salvo como creo que lo está? ¿Y si me equivoco? ¿Y si está en una especie de lecho de muerte preguntándose porque todavía no acudí a su lado? No puedo continuar así. Tengo que salir y enfrentar la verdad cara a cara.
Corro por el comedor y de un salto abro las puertas. El corredor me enfrenta en toda su longitud. Solo una salida. Avanzó rápidamente, siempre observando mi entorno. Veo cámaras, pero no me detengo a contarlas. De repente, el techo se quiebra sobre mí y un algo muy pesado me cae encima. El suelo cede y caigo, en un oscuro e interminable vacío.
Lo primero que siento cuando abro los ojos es que me cuesta respirar. Luego noto que tengo una cosa muy pesada encima, que aparenta ser un pedazo de concreto desprendido. Toso para quitarme los residuos de polvo de la garganta y luego libero con dificultad el brazo izquierdo. El otro está atorado, aplastado, quebrado diría yo. Saco una pequeña linterna que llevo en el guante e ilumino el lugar.
–¿Superboy? ¿Conner, estás aquí?
Una tos me responde desde algún lugar desde mi derecha.
–Superboy... Tienes que... cof, cof... sacarme de aquí.
No obtengo respuesta. Trato de levantar la roca yo mismo, pero me es imposible.
–Vamos, compañero... Respóndeme.
–¿Robin? ¿Eres tú? ¿O es otro sueño?
–No, soy real... –el dolor sobre mi pecho se intensifica.– Demasiado real.
–Me siento débil, Tim.
–¿Qué quieres decir?
–Me duele todo el cuerpo. Siento que caí muchos metros, y que cosas muy pesadas me aplastaron.
Suelto un gruñido y le respondo, enojado:
–Eso fue lo que pasó. Así que muévete y sácanos de aquí cuanto antes.
Superboy guarda silencio, calculando mis palabras.
–Ese Venger nos dio una paliza. Cuando salga de aquí se la voy a devolver de un modo que no esperará. Voy a retorcerle el cuello... voy a...
–Como quieras, pero primero sácanos.
Oigo unos quejidos y luego una caída de piedras.
–¿Qué pasó?
–No... puedo. Me tiró unos alucinógenos y algo que no se bien que es. No me siento muy fuerte.
“Genial”, pienso para mis adentros. Nos queda esperar a que los otros miembros nos encuentren. Lo peor de todo es que Venger me estaba diciendo la verdad y yo desconfié. El silencio ocupa cada rincón del lugar.
–Ahora entiendo porque la llaman “La Roca” –comenta Superboy.
No sé por qué, pero que Conner no se lo tome muy en serio me tranquiliza a mí. Me gustaría decir algo, pero no se que sería apropiado en esta situación. Al final digo:
–Creo que fue antes.
–¿Antes, qué?
–Creo que fue antes de lo de Mask. Stephanie y yo nos distanciamos cuando colgué el traje.
–Ah... –es lo único que me responde.
–Además, que Bruce le haya dado el puesto de Robin no ayudó mucho.
–No, supongo que no.
Nos quedamos pensativos. Luego Superboy me pregunta:
–¿Crees que Clark buscaría un nuevo Superboy si yo dejara el puesto?
–No sé. No hay muchos candidatos que digamos.
–Mmm... No, tienes razón. Sería como reemplazar a Superman.
–Conner, ¿por qué me preguntaste lo de Spoiler?
Se toma su tiempo antes de responderme:
–¿Crees que Cassie y yo podríamos separarnos?
Que pregunta. Cassandra y Conner llevan saliendo varios meses, y su relación me recuerda a la de Lois y Clark. Se llevan perfectamente bien, parece que se entienden, se quieren; muy diferente a la relación que mantuve con Stephanie, o a las relaciones de Dick o a las de Roy. Si Cassie y Conner están destinados a separarse, creo que la causa va a venir de afuera y no de adentro.
–No lo creo. Su relación es demasiado buena para que les pase eso.
–Gracias, Tim, me has sacado un peso de encima. Esa idea me quitaba el sueño, ¿sabes?
Me imagino una sonrisa en su rostro cuando oigo que dice eso.
Continuará...