SUPERBOY & ROBIN I
por Karpa
por Karpa
No llevo un diario propiamente dicho, pero me gusta dejar impreso lo que hice, para que no solo sea un recuerdo. De esta forma puedo compartirlo con otros, compartir quien fui y quien soy.
Hoy voy a escribir sobre mi fin de semana. Claro que no fue un fin de semana común y corriente, porque eso ya pasaría a ser un relato de rutina, y no viene al caso. El mío tiene dos protagonistas: obviamente yo, y uno de mis mejores amigos. Creo que en algunas cosas nos parecemos, y es esa igualdad la que nos ayuda a llevarnos muy bien. Él no tiene padres, y lo adoptó una familia genial, que lo cuida y lo ayuda. Además, su primo (es más que eso) lo trata como a un discípulo, como a un estudiante, como a un amigo. En mi caso, mis padres también murieron y me adoptó una familia espectacular, aunque bastante extravagante, que me ayuda y me cuida. Tengo un tutor y un maestro genial, que me aceptó como su discípulo y su amigo. Además, mi amigo y yo somos los compañeros de los mayores héroes del mundo.
Estoy hablando de Conner Kent, el cual no es su verdadero nombre. Él es Superboy, uno de los mejores superhéroes que tuve el placer de conocer. Yo soy Tim Drake, pero soy conocido como Robin III. Con Superboy formamos parte de un grupo de jóvenes héroes, y nos juntamos los fines de semana (si, es lo malo de ser “jóvenes” héroes). Este fin de semana Superboy y yo fuimos a una misión, una de las difíciles. Estoy orgulloso de haber ido, porque aprendimos lo que es la amistad de verdad, aún entre superhéroes.
–¿Tengo que recordarte que yo no llevo “mallas”? Mi traje está hecho de kevlar, no de tela. Te olvidas que no todos poseemos invulnerabilidad como tú –le respondo mientras salgo del vestuario, ya cambiado.
–Como digas, pero ¿son necesarios todos esos colores?
–Superman los lleva y no parece que te moleste.
Caminamos por el largo pasillo de la Torre Titan, hacia el hangar en donde me espera mi moto.
–Si, bueno, pero ¿para qué los usas tú?
–Porque los Robin los llevamos. ¿Podemos irnos de una vez? –le digo al tiempo que enciendo mi vehículo.
–Como quieras. Te espero abajo.
Despega los pies del suelo y sale por la compuerta. Yo presiono el acelerador y entro por una puerta lateral, una salida que me deja en el jardín en cuestión de minutos. Superboy vuela alto sobre mí.
–¿A quién tenemos que atrapar esta vez? –me pregunta por el intercomunicador.
Miro hacia arriba, sorprendido, y le respondo:
–¿No escuchaste lo que dijo Vic en la reunión?
–¿Con Wonder Girl al lado? Por favor.
–¿Tampoco sabes que es lo que vamos a hacer?
–No, dímelo.
–Quédate con las dudas hasta que lleguemos. Así aprenderás.
Interrumpo la comunicación y me concentro en la autopista. San Francisco es una pesadilla los sábados, pero eso no quita que sea un sábado magnífico. El sol indica que todavía falta para el mediodía, y la lluvia de ayer dejó la ciudad limpia y fresca. Un día que comienza muy bien.
Tomo una calle lateral, adelanto a dos colectivos y sonrío a la mañana. Adoro el sonido de mi capa zozobrando el aire. Es por eso que prefiero las motos a los autos. Enciendo el comunicador y le digo a Superboy:
–Vamos a Alcatraz. Te espero en el muelle.
Tardo en llegar el tiempo en el que la manecilla larga da dos vueltas en el reloj. Allí está mi compañero, mirando el horizonte.
–¿En qué piensas? –le pregunto acercándome a él.
–La relación que tuviste con Spoiler, ¿fracasó antes o después de lo de Mask? –me pregunta sin mirarme.
Imitándolo, me fijo en la Isla de Alcatraz, el objetivo de nuestra misión.
–Tenemos que buscar a un sujeto llamado “Venger”. Mató a trece personas, incluido un obispo y una diputada. Los últimos datos de Cyborg lo posicionan en esa isla –me giro hacia Superboy.– Tendrás que llevarme.
–Tendrás tus razones.
Superboy me agarra de los brazos y levanta vuelo. No tardamos demasiado en cruzar las aguas de la bahía de San Francisco, y llegar a la misteriosa isla, que otrora fue una prisión de máxima seguridad.
–¿Qué clase de sujeto es este Venger? –me pregunta Conner.
–No lo sé con exactitud, pero Batman me diría: “Prepárate para lo peor”.
–¿Estás seguro que vivir con ese tipo es sano?
–¿Te funciona tu visión de rayos-X?
–A veces sí, a veces no.
–Da una vueltas por la isla, y prueba si funciona. Me gustaría terminar con esto lo más rápido posible.
Por mi parte recorro las instalaciones, misteriosamente vacías. Aunque si este Venger está por aquí no es de extrañar. Camino lentamente por el comedor, posando mi vista en la espesa luz que da el neón que está en la cocina. Algo de todo esto no me gusta. Vic no me dijo a quien nos enfrentamos. ¿Superboy será suficiente? ¿Yo lo seré?
Continuará...